No veo mucho los telediarios, pero cuando lo hago me desagrada ver que a los jóvenes nos presentan como gente violenta, insatisfecha, sin escrúpulos y consumidores que sólo buscan placer. No me creo una santa, pero tampoco me veo en ese cuadro, ni me parece que refleje la situación de la mayoría de los jóvenes.
A. F.
Estoy de acuerdo contigo, y por varios motivos. Lo que los medios de comunicación suelen decir de los jóvenes suele referirse a una exigua minoría y además lo resaltan sólo porque “vende”; pero aunque ciertos aspectos negativos del mundo juvenil sean evidenciados y difundidos, sería demasiado limitativo imputárselo sólo a esa generación. De hecho, los jóvenes viven en el mismo mundo en que viven los adultos, y en muchos aspectos este mundo es fruto de lo que los adultos han hecho o dejado de hacer.
Si es que queremos detenernos a considerar la realidad que nos circunda, tendremos que verla de una forma adecuada para poder abarcarla en su verdadera esencia y descubrir así las dinámicas que actúan dentro de ella. Y la primera de esas dinámicas es justamente la que se da entre generaciones. Entonces descubriremos las luces y las sombras de los jóvenes y también las de los adultos.
Y por subrayar las luces de los jóvenes de hoy, que por lo general se suelen omitir, quiero subrayar las siguientes: una gran apertura y una simplicidad que les lleva a la búsqueda de lo religioso y la aceptación de los valores; una gran sensibilidad por los temas de ámbito mundial y por la fraternidad universal; una gran honestidad en mostrar sus limitaciones y en sus ganas de volver a empezar; y sobre todo, una sincera sensibilidad para relacionarse con los demás.
Si después desviamos nuestra atención, con mucha delicadeza por cierto, hacia sus sombras y debilidades, conviene recordar que no basta con quedarse en el nivel del análisis, sino que se requiere también ponerse una meta, unos objetivos que alcanzar, y luego adoptar los medios necesarios para ello, y emprender una labor en común mediante un diálogo abierto y sincero entre amigos y entre generaciones.
Ante esa información que tiende a mostrar lo extremo, el caso límite y la contraposición entre generaciones, respondamos con el compromiso de construir entre todos, jóvenes y menos jóvenes, relaciones positivas y constructivas que nos ayuden a realizarnos plenamente.
LÉANOS
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