–Ha dejado usted el listón muy alto, nunca mejor dicho...

 –(Ríe) De eso se trataba; después de lo que me ha dado el atletismo, lo más importante era dejarlo con honores.

 

–La primera atleta española en conseguir un oro olímpico. ¿A qué sabe?

–A trabajo, perseverancia, espíritu de sacrifico, a compartirlo con mi 50%, mi entrenador, con el que después de 26 años cumplimos ese sueño... A aprendizaje puro y duro y a un disfrute máximo del trabajo bien hecho.

 

–¿Qué se siente al volar por encima de los dos metros?

–(Sonríe) Se siente paz, libertad; además, cuando haces ese último movimiento en el suelo algo te dice si ese va a ser un gran salto... o no (risas). Y entonces te sientes volar.

 

–De nuevo, la única española en conseguirlo. ¿Qué le ha dado fuerza estos años?

–El mayor secreto de mi motivación es que tenía a la persona adecuada a mi lado, mi entrenador durante 27 años, Ramón Torralbo. Soy la imagen de algo que hacemos entre dos personas. El verdadero secreto es que esa profesión pase a ser tu pasión.

 

–Especial también el Premio al Fair Play (juego limpio) por consolar en la pista a Alessia Trost, que había perdido a su entrenador días antes...

–Una sorpresa. No me considero mejor que nadie, lo que sí me considero es persona por encima de cualquier otra cosa. Mi familia siempre me ha enseñado a ayudar a los demás; ella era una rival, una compañera y una amiga. Hemos entrenado y convivido mucho. ¿Cómo no iba a estar ahí con ella?

 –Lo suyo viene de familia. Ya me dirá qué comen a ver si funciona...

–Pues comemos conciliación familiar y esa pasión por el deporte (sonríe). Mis padres eran jueces de atletismo; mi padre fue el primer olímpico de la familia en Barcelona 92 y la forma de estar con sus hijos era por mediación del deporte. Siempre lo han considerado como una parte fundamental de nuestra educación y un complemento perfecto para nuestros estudios.

 

–¿Cómo atajar el creciente sedentarismo escolar?

–Hay muchísimo y es una de las cosas que más preocupan. Voy por muchos coles y cuento mi experiencia; ayer estuve en tres, ¡imagínate! En todos los colegios hay una oferta deportiva extensa. Hay que animar sobre todo a los padres.

 

–Diputada en el parlamento cántabro desde el 2011. ¿Qué le impulsó a meterse en política?

–En el 2007 entré en la ejecutiva del Partido Popular; quería vincularme al deporte desde otra perspectiva. En 2011 fui elegida diputada. Además del deporte, he llevado la discapacidad, la cooperación, áreas que me llenaban muchísimo. Me encanta la sensación de representar a los cántabros desde otra faceta.

 

–¿Qué deberes pendientes tiene la política con el deporte?

–El deporte es cuestión de Estado y debería ser tomado como un eje transversal desde las distintas consejerías y ministerios. Está muy vinculado con la sanidad y la educación y a nivel social unifica e inculca valores. Profesionalmente, entiendo que seamos los últimos de la cola, pero deberíamos tomar más en serio a los deportistas.