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articulo

Alphonse Mucha y el Art Nouveau

Clara Arahuetes

Exposición
Ocurre a veces que las obras creadas por un artista nos resultan familiares, las vemos reproducidas en carteles, libros de pintura, anuncios…, pero no sabemos mucho del autor de esas imágenes. Algo así sucede con el artista checo Al-phonse Mucha, creador y divulgador del Art Nouveau, además de pionero en la aplicación del arte a la publicidad, el teatro y la política. En sus obras nos muestra la realidad transformada por una belleza utópica y romántica. La fundación La Caixa le dedica la exposición: “Al-phonse Mucha (1860-1939). Seducción, modernidad y utopía”. Es la primera muestra de este maestro en España, que, tras su paso por Madrid, ahora puede verse en Barcelona y después viajará a Palma de Mallorca, Salamanca y Tarragona. A finales del siglo XIX y durante la primera mitad del XX, era uno de los artistas más famosos de Francia. Sus carteles, joyas, pinturas, fotos, libros, diarios, revistas, postales, sellos, billetes, cajas de galletas… tuvieron tanto éxito que se le puede considerar precursor de lo que hoy se conoce como merchandising; incluso salió al mercado un jabón con su propio nombre. En su etapa parisina, trabajó con dos medios modernos de la imagen: el cartel destinado al ámbito público y la fotografía, que el artista utilizó para su uso privado. Se sirvió de los avances técnicos de su época para lograr la mayor expresividad posible en las artes visuales, utilizadas como medio de comunicación con el gran público. Estaba seguro además de la capacidad del arte para elevar al espectador hacia verdades trascendentes. Su estilo es inconfundible, se caracteriza por la elegancia y por una sofisticada languidez. Para ello utiliza elaboradas composiciones en las que juega con elementos teatrales y alegóricos. El resultado es una atmósfera de misterio cercana al simbolismo. El artista consiguió su primer éxito como diseñador gráfico en 1894, con el cartel de la obra de teatro Gismonda, para la actriz Sarah Bernhardt. Durante seis años Mucha diseñó los carteles, vestidos, decorados, pelucas y peinados de la diva, y la ayudó en la dirección de nuevas producciones. En París diseñó además joyas para el orfebre Fouquet, para quien realizó una tienda en 1901: escaparates, vitrinas, chimeneas y mostradores. La exposición muestra todas las facetas de este artista en cuatro apartados: Teatro, Belleza, Misterio y Modernidad, y cuatro capítulos más breves que muestran su contribución al arte del siglo XX. El Teatro aborda la importancia de los encargos que realizó para el mundo del espectáculo. El sentido teatral es una constante en su lenguaje, buscaba sobre todo el impacto en el espectador. El segundo, Belleza, se centra en la figura femenina, elegante protagonista de sus obras. En su iconografía de la mujer crea una imagen fácilmente reconocible, donde el cabello unido a los elementos vegetales tiene un gran protagonismo. La torsión del cuerpo y de la ropa crea movimientos helicoidales, compensados por el equilibrio de la composición, mientras que los elementos decorativos enriquecen la composición y tienen un valor simbólico. Por otro lado, Misterio, reúne obras que permiten apreciar la influencia del simbolismo como en Le pater, obra clave para descubrir la espiritualidad latente en su arte. Finalmente, Modernidad presenta las múltiples aplicaciones de la obra de Mucha en el campo comercial, esencialmente el publicitario, y el de las artes aplicadas, vinculando su trabajo a la noción moderna del diseño dirigido al gran público. Estos cuatro grandes ámbitos se completan con cuatro capítulos más breves, referentes a episodios concretos de su obra. La metrópolis como escenario: contextualiza su trabajo en la sociedad del capitalismo urbano, industrializado, uno de cuyos emblemas fue la Exposición Universal de París del año 1900. La fotografía como medio y como arte: analiza la obra fotográfica de Mucha, todavía poco conocida, y que formaba parte de su mundo privado, tanto como apoyo para la creación gráfica, como practicada con intención experimental o documental. La epopeya eslava, una visión: muestra lo que fue el gran proyecto de su madurez, que él concibió como su aportación política y humanista a la comunidad checa y eslava. Entre 1910 y 1928 realizó veinte lienzos dedicados a la “epopeya eslava”, donde refleja los momentos clave de la historia de su nación, creando un relato mítico y ejemplar con una orientación humanista. Los realizó en un lenguaje anacrónico pero brillante y de gran diversidad para llegar al pueblo, con un tratamiento casi cinematográfico. Pero como nadie es profeta en su tierra, cuando en 1918 volvió definitivamente a la República Checa, fue recibido como un extranjero que practicaba un estilo ajeno a las vanguardias y que tenía extravagantes aspiraciones filantrópicas. Al final de la primera guerra mundial, diseñó los sellos y la nueva moneda de Checoslovaquia. En los años siguientes realizó varios carteles dedicados a acontecimientos políticos, por lo general en un estilo híbrido. Diseñó también vidrieras y pintó algunos murales. Por último, La difusión del “estilo Mucha” pone de relieve la repercusión de su obra en la producción de elementos menores de tipo popular y la influencia de su estilo en el modernismo. El artista ejerció una clara influencia en el diseño de la época, tanto en productos y obras selectas como en productos de difusión masiva, como por ejemplo las postales, que nos remiten a una nueva forma de propagación de la imagen. Muchos artistas se inspiraron en él, como sucedió en Cataluña, donde su influencia es clara en Casas y Utrillo y otros muchos que siguieron sus creaciones. En 1936 pudo ver una gran retrospectiva que se le dedicó en París, pero después de su muerte, en 1939, se dieron dos circunstancias que lo condenaron al olvido. Por un lado, el Art Nouveau fue minusvalorado en su consideración estética; por otro el régimen comunista de su país rechazó la sensibilidad y el gusto decorativo del artista, al que consideraba burgués y decadente. clara.arahuetes@telefonica.net



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