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El diálogo es necesario

Roberto Catalano

El 27 de octubre del corriente Benedicto XVI participará personalmente en la celebración del vigésimo quinto aniversario de la «Jornada mundial de oración por la paz» que Juan Pablo II convocó en Asís en 1986.
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Con esa jornada y la que la siguió en 2002 en el contexto de un mundo herido por el ataque a las Torres Gemelas, Juan Pablo II inauguró un nuevo modo de relación entre religiones. Hacía tiempo que la Iglesia Católica hablaba de diálogo, el mundo se estaba globalizando cada vez más y ya se habían iniciado los procesos migratorios que iban a cambiar el mapa mundial de las religiones. Sin embargo, el gesto de Juan Pablo II tuvo un valor profético. Como todos los profetas, fue elogiado pero también criticado. Dentro de la Iglesia, no pocos veían entonces y siguen viendo ahora la sombra amenazante del relativismo. El cuarto de siglo que hemos visto pasar ante nuestros ojos le ha dado la razón al Papa polaco, que sabía que el aglutinante de los seguidores de las distintas tradiciones religiosas no sería la discusión teológica, sino vivir y trabajar juntos por la paz. En estos veinticinco años el mundo ha cambiado. Como ha demostrado en sus seis años de no fácil pontificado y se pone de relieve cada vez más, el papel de Benedicto XVI en la Iglesia y en el panorama internacional es saber interpretar la realidad mundial, tanto a nivel cultural como religioso, y defender los derechos inalienables del hombre, especialmente el derecho a la libertad religiosa como garantía de paz. Que «las grandes religiones pueden constituir un importante factor de unidad y de paz para la familia humana» (1) significa ofrecer una clave de lectura alternativa a ese choque de civilizaciones que para muchos presagia el final del camino que el mundo está recorriendo. Con su decisión de acercarse como «peregrino a la ciudad de san Francisco» Benedicto XVI se sitúa en la estela profética de Juan Pablo II y de Pablo VI. Y lo hace poniendo especial énfasis en el compromiso de los creyentes de todas las religiones para que vivan su fe religiosa como servicio a la causa de la paz. Roberto Catalano (Centro para el diálogo interreligioso de los Focolares) 1) «La libertad religiosa, camino para la paz». Mensaje de su santidad Benedicto XVI para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz 2011.



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