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CINE

José Luis Panero

La vergüenza / Un cuento de verano
LA VERGÜENZA - España, 2009. 107 min. Drama. Director: David Planell. Intérpretes: Alberto San Juan, Natalia Mateo, Marta Aledo, Norma Martínez, Brandon Lastra Cobos. Distr.: Avalon. VM: Jóvenes-Adultos. VA: Aconsejable. Por fin se estrenó La vergüenza, “opera prima” del guionista David Planell, autor del libreto de Gracia Querejeta Siete mesas de billar francés, promocionada a bombo y platillo por la distribuidora de cine y DVD Avalon, al rebufo del éxito de los premios cosechados en el pasado Festival de Málaga: Biznaga de Oro a la mejor película y Biznaga de Plata al mejor guión. Este intenso drama sigue la historia de Pepe y Lucía, una pareja de madrileños con deseos de ser padres, que no pueden con Manu, un niño inmigrante y problemático. El chaval, que acogieron en adopción hace apenas un año, les viene grande y, tras muchas dudas, han decidido devolverlo. Sin embargo, pronto se dan cuenta de lo que conlleva una decisión tan firme. Planell explota su profesionalidad como escritor de guiones y crea así atmósferas muy parecidas al filme de Querejeta, Héctor, que también contemplaba el mismo tema: “No sé quién soy si no sé a quién pertenezco”. Planell desarrolla una puesta en escena sobria, de tono almodovaresco, y apenas hay localizaciones, de manera que bien podríamos estar asistiendo a una obra teatral de notables interpretaciones. Cuenta con una subtrama bien traída que apoya el conflicto familiar y da todo el sentido al conjunto. Además, Planell rueda con desenvoltura, con un estilo clásico, y no faltan las risas necesarias para dar descanso a la historia o los subrayados musicales. En todo momento la historia se plantea desde una óptica madura sobre la situación violenta a la que se enfrentan los personajes; situaciones que no se pueden atajar de inmediato si la pareja sólo se conoce superficialmente. Por otra parte, la película está repleta de temas que Planell arma con habilidad: vida en familia, soledad, paternidad, responsabilidad, miedo a lo desconocido... ¡Muy importante el plano final! En fin, una propuesta arriesgada y un resultado notable para un tema que no terminará de consumirse nunca. Muy, muy recomendable… UN CUENTO DE VERANO - Polonia, 2007. 96 min. Comedia dramática. Director: Andrzej Jakimowski. Intérpretes: Damian Ul, Ewelina Walendziak, Rafal Guzniczak, Tomasz Sapryk. Distr.: Sherlock Films. VM: Adultos. VA: Muy buena. Candidata por Polonia a los Oscar 2009, Un cuento de verano llega a España por la puerta grande, aunque con dos años de retraso. Se trata de un sencillo relato sobre los misterios de la infancia. Dirigido por Andrzej Jakimowski (Squint Your Eyes, 2002, otra multipremiada cinta), este segundo largometraje del joven director polaco ha triunfado en todos los festivales de cine donde se ha presentado. Entre los galardones que ha cosechado, sobresalen los premios Label Europa Cinemas y Linterna Mágica de la Mostra de Venecia 2007. Un cuento de verano sigue los pasos del pequeño Stefek, de 6 años, que en sus vacaciones estivales se enfrenta al destino, poniendo en marcha una cadena de sucesos que podrían ayudarle a acercarse a su padre, quien años atrás abandonó a su madre. El niño cree que su padre podría ser un hombre al que observa a menudo mientras espera el tren en la estación del pueblo. Su hermana Elka, de 17 años, le ayuda a aprender a sobornar a la suerte para manipular el destino, a través de coincidencias y pequeñas renuncias. De esta manera, Stefek alimenta la esperanza de que sus padres vuelvan a encontrarse. Pero pronto los trucos y casualidades se enfrentan con la realidad, y las cosas se complican. El director polaco persigue la vitalidad intrínseca a lo cotidiano sin forzar la tensión o la torsión dramática. De ahí su innato talento. Un cuento de verano reposa sobre el esqueleto de una historia mínima, minúscula, desplegada como un fresco costumbrista de raíz minimalista. La vida transcurre frente a nuestros ojos preñada de historias aptas únicamente para los más observadores. Y es que esta película narra esas pequeñas cosas importantes; una fábula acerca de la recomposición familiar que esboza con ternura y sentido del humor el viaje de un hijo hacia su padre. Jakimowski se toma su tiempo, recreándose en la quietud perpetua del lugar en el que nunca pasa nada. A ratos su película camina dando tumbos, fotografiando el detalladísimo errar de unos y otros, incapaces de acabar nada de lo que empiezan o de poner un destino a su continuo movimiento. Las reducidas dimensiones de la miniatura enfatizan la humanidad del relato, pero también la condicionan en exceso. Entre lo contemplativo, entre la anatomía de lo anecdótico y la fijación en el natural devenir de la vida, Jakimowski no siempre encuentra el equilibrio entre lo que quiere contar y aquello que la historia a voces necesita. Su pasmosa levedad puede espantar a más de uno, su continua deriva por el mundo cotidiano encalla no pocas veces bajo la amenaza del estancamiento y del tedio. Pero a pesar de todo, hay en esta película destellos de romanticismo vital ciertamente conmovedores. La perspectiva seduce porque Jamikowski sabe combinar la mirada objetiva del mundo adulto con aquella otra subjetiva y no exenta de magia del pequeño protagonista. Tanto mérito tiene en su trabajo el director-guionista como el chaval que sostiene el peso de la historia. Atentos a los actores, no profesionales, que desarrollan unas magníficas interpretaciones, y al emocionante desenlace... joseluispanero2000@yahoo.es



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