DOS «INTOLERANTES» QUE HAN HECHO MEJOR EL MUNDO

Covadonga: Como dije en el artículo de enero, hay personas intolerantes que buscan imponer sus ideas. Siempre nos dicen que tenemos que respetar a los demás, por eso la gente que incumple esta norma moral nos induce a que queramos castigarlos a toda costa. Ahora bien, considerando que sería contraproducente aplicar intolerancia contra los intolerantes, me gustaría romper una lanza a su favor. Y para ello hay que responder a esta pregunta: ¿qué es un intolerante?

No hace tanto tiempo que el racismo imperaba en Estados Unidos y todo estaba fragmentado en blanco y negro. En ese contexto, Rosa Parks, una mujer afroamericana, llevó a cabo un acto de valentía: se negó a ceder su asiento a un blanco en el autobús. Ese acto, que ahora pasaría desapercibido, fue el comienzo de una revolución para la sociedad estadounidense. Dos años después Martin Luther King daba su discurso «I have a Dream».

¿Son intolerantes estos actos? Creemos que no, pues van a favor de los derechos humanos. La historia, de hecho, refleja dos tipos de intolerancia: la intolerancia negativa, que se manifiesta en la violencia y a veces en la ilegalidad, y la intolerancia positiva, que busca defender los ideales rompiendo con un régimen injusto.