En realidad lo es desde que en el año 1968 Pablo VI indicara los Métodos Naturales de Control de la Natalidad como los únicos que la Iglesia católica propone a sus fieles. Aquella encíclica, la Humanae vitae (25 de julio de 1968) supuso un antes y un después, en el cual nos hallamos ahora. Materia delicada esta de la sexualidad, altas metas y camino de santidad deseado para los matrimonios cristianos y no solo, ética de respeto a la vida y su origen, amor que se expresa con gestos de intimidad corporal llenos de donación mutua y ternura, apertura a la posibilidad de tener hijos aceptados como regalo divino, no como derecho a obtener a toda costa, paternidad y maternidad responsable y generosa...

Desde el Centro de Orientación Familiar de Triana Los Remedios, en Sevilla, venimos acompañando a las parejas de toda la diócesis que se interesan por el tema. Son pocas en relación al número de matrimonios cristianos, pues la mayoría usa métodos anticonceptivos convencionales cuando quieren espaciar un embarazo, o acuden a técnicas de fecundación in vitro cuando el embarazo no llega. Pero los métodos naturales de regulación de la fertilidad son buenos, muy buenos. Desde que me interesé por el tema, en los años 80, no he encontrado ni un solo caso en que no haya podido enseñarlos. Dada la facilidad en aprenderlo y su eficacia para esquivar el embarazo, el método está catalogado por la Organización Mundial de la Salud con una tasa similar a la que tiene la píldora anticonceptiva.

En el mes de octubre pasado pude participar en un simposio internacional sobre este tema. Más 3.000 expertos, o no tanto, nos hemos actualizado en conexión con todo el planeta. Desde la Teología del Cuerpo o la Antropología de la Sexualidad, hasta los últimos avances en técnicas de enseñanza, o en Naprotecnología (rama de reciente aparición que es la alternativa natural a la fecundación in vitro), pasando por un repaso a los temas clásicos, como los Métodos Sintotérmicos o el Método de la Ovulación Billings, han compuesto los tres intensos días de intercambio, talleres y conferencias.

La primera encíclica sobre ecología (Laudato si’, 24 de mayo de 2015) está sobre el tapete, y los Métodos Naturales de Regulación de la Fertilidad también. En una visión profética, que anuncia lo bueno y rechaza lo malo, el magisterio de la Iglesia nos pone en el camino correcto. El respeto a la naturaleza y su cuidado nos pertenece... y en el ámbito de la sexualidad humana aún más. Los métodos naturales de la regulación de la fertilidad son los únicos que no dañan la relación sexual tanto en su expresión física como en su significado. Quienes trabajamos en estos temas, y en el mundo de la familia en general, somos como ese «resto de Israel» que mantuvo la esperanza en un futuro mejor.