Desde el punto de vista físico, por el hecho de nacer, el ser humano queda afiliado en el libro virtual como miembro de una familia. Somos de un padre y una madre, venimos de alguien que ha otorgado un espermatozoide y un óvulo, un grupo de dos personas ha contribuido a formar a otra persona. Venimos de una primera comunidad que conforma nuestra primera identidad biológica. Necesitamos de una comunidad sostenedora para desarrollarnos, para sentir que pertenecemos y que por tanto existimos.
Con esta inscripción se otorga el derecho básico: «soy uno de vosotros», «perteneciendo soy», «puedo confiar en los demás, pedirles si estoy necesitado»,«los demás tienen la responsabilidad de cuidarme». Es el cimiento de la confianza básica, núcleo organizador de todo vínculo sano y perdurable en el tiempo.
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