La corrupción daña la economía y mina el desarrollo, pero se puede combatir con una alianza social.
La corrupción es una de las plagas más virulentas en las sociedades modernas. Afecta a los ciudadanos, agrava los balances del Estado, reduce el gasto social y ofusca el futuro de la colectividad. Según Transparency International, atendiendo a los casos aparecidos en los medios de comunicación durante 2018, los sectores más afectados son la administración pública, la política, la sanidad y las obras públicas. La presidenta de Transparency International, Delia Ferreira, ha llegado a decir que «los sectores más regulados y que más trabajan con el Estado, porque dependen de contratos como los de obra pública, son más proclives a ser afectados por la corrupción».