Cada 1 de enero se celebra la Jornada Mundial de la Paz. Este año el papa Francisco propone el tema de la buena política, entendiendo el compromiso político como una de las expresiones más altas de la caridad, pues comporta ocuparse del futuro de las nuevas generaciones. Digamos que es una vocación a anunciar la paz.
En esta dirección edificadora de paz, cabe recordar eventos como el «Foro Mundial sobre las Violencias Urbanas y Educación para la Convivencia y la Paz», un ámbito de encuentro donde líderes locales, organismos y redes internacionales y la sociedad civil proponen soluciones capaces de eliminar las expresiones de violencia. Su segunda edición se desarrolló en Madrid a primeros de noviembre y reunió a 5.000 participantes. Allí se compartieron 1.000 experiencias y se trabajó en 96 talleres. Y dado que se trataba de «violencias urbanas», participaron alcaldes de todo el mundo, también de varias ciudades españolas, además de otras personalidades políticas y responsables de 150 asociaciones.
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