El deporte ha pasado a ser la referencia mundial de las emociones de los seres humanos. Cada día está más arraigado el deseo de competir o ver competir. Los formadores tenemos que usar ese deseo como herramienta principal para enseñar, y luchar para que no se utilice de manera diferente. Tenemos que tomar la batuta y mostrarles a nuestros pupilos que el deporte nos hace disfrutar y en el camino aprendemos. Como dijo el gran entrenador argentino de fútbol Marcelo Bielsa, «si usted triunfa envenenando al rival, entonces usted le enseña a la sociedad que para ganar, vale la pena envenenar a un rival. En cambio, si usted gana con armas nobles, con juego limpio y decente, le enseña a la sociedad que se puede triunfar con nobleza, y ese mensaje, viniendo del fútbol, que tiene tanta trascendencia, es un mensaje sumamente importante».
La unión interracial promovida por Nelson Mandela en Sudáfrica y generada a través del rugby nos muestra que el deporte es diferente a cualquier actividad practicada por la humanidad. El deporte nos une, nos hace un solo pueblo, nos contagia de amor en cada gol, en cada canasta, en cada medalla conseguida. El deporte saca lo mejor de nosotros; nos demuestra que cada meta conseguida es el fruto del esfuerzo físico y psíquico empleado en cada entrenamiento, así como del trabajo en equipo.
Leer más