Se comprende mejor el papel del ministerio fiscal sabiendo que históricamente esta institución hunde sus raíces en la Edad Media en las figuras conocidas como «hombre del rey» y «procurador fiscal», que se dedicaban a defender los intereses del monarca.

 

En la actualidad ha llegado a ser una institución del Estado integrada en el Poder Judicial, cuya misión es promover la acción de la justicia en defensa de la ley, de los derechos de los ciudadanos y del interés público. Además, se encarga de velar por la independencia de los tribunales y procurar ante estos la protección del interés social.