Y vuelve, como una dulce poesía, la fiesta de Navidad. Abetos, velas de colores, copos de nieve, belenes, felicitaciones, sosiego interior, misa del gallo…
Pero ¿quién es este que hace vibrar las fibras de todos los corazones, que esa noche hace doblar la rodilla incluso a personas que, en la vida, apenas conocen su encanto? ¿Quién es ese niño que, hoy como entonces, llama a reyes y pastores, mueve ángeles y estrellas? ¿Ese recién nacido, criatura sumamente frágil, hijo de una jovencita de quince años, que desde una gruta hace sentir su presencia al mundo?
¡Eres tú, Jesús, el Hijo de Dios!
Si haces tanto con tan poca apariencia es porque lo eres Todo. Y nosotros, ante ti, no somos nada.
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