l discurso del Papa del pasado 5 de octubre a la Academia Pontificia para la Vida es importante y muy hermoso, casi una especie de manifiesto antropológico, dado que «hombres, mujeres y niños de todo el mundo experimentan con amargura y tristeza las promesas ilusorias de este materialismo tecnocrático».
No es fácil resumir un discurso tan denso. Francisco nos interpela para que asumamos las nuevas responsabilidades que se desprenden de la era tecnológica actual, desde el momento en que «el poder de la biotecnología, que ya permite manipulaciones de la vida hasta ayer impensables, plantea importantes problemas».
Culto al yo
Leer más