Francia votó por Europa en el año electoral más trascendental de las últimas décadas.
No le basta a Emmanuel Macron, nuevo jefe de Estado francés, con haber vencido a la extrema derecha de Marine Le Pen y al ala izquierdista de Jean-Luc Mélenchon, ambos antieuropeístas y profundamente populistas. El gran reto ahora es lograr una mayoría suficiente en la Asamblea Nacional que le permita llevar adelante su programa reformista que incluye reconstruir el vínculo con Europa.